Todo
lo tonta que tú quieras
pero
me has arrojado contra las cuerdas
una
y otra vez.
Me
has dicho que no
-cuando nadie te pedía un si-,
me
has sacudido,
me
has empujado,
has
sacado mis pies por la ventana
y
me has dejado suspendida
para
que viera otra realidad
invertida
y completamente opuesta.
Ya
no puedo ver con ojos humanos
cuando
han aprendido a mirarlo
todo como
un pájaro.
Nená de la Torriente