‘Tratatata
tratata tratata
duzco
lo que dice el loco’,
dijo
el tartamudo
en
su afán de decir
que
‘esa me la sé’.
Y
tanto tradujo que dejó labios
caídos, y el asombro de cientos
de
sesudos, que dieron vueltas
al
diálogo irreflexivo,
buscando
una pauta de simetría
en
el desequilibrio.
Y
es que desde la simplicidad
la
óptica ve planteamientos
muy
sencillos y hace lecturas
curiosamente
precisas.
Nená de la Torriente