sábado, 22 de diciembre de 2012


Piensa uno 
que estos ministros 
son menestros, 
propios de un panaché 
o una menestra de verduras. 
Así propiamente revuelta, 
colorida y digerida, 
y del mismo modo descomida. 




Porque si no son una verdura, 
el desconcierto que proporcionan 
sus decisiones al comensal 
que está en la mesa,  no se justifica. 
¿Quién puede -con juicio- 
decidir,  teniendo jueces que dicen 
que ellos sólo pueden viajar en primera, 
no reformar aún más esa judicatura, 
y sí recortar en sanidad que es 
una inexcusable necesidad? 
Lo dicho,  hortalizas. 


-Si me llevan detenida a la cocina,
por favor,  ¡llevadme proteínas!-

Nená de la Torriente