Déjame
disfrutar
un
poco más de lo que tú,
tan
racional, ves estrafalario.
Déjame
ser una niña a mi edad.
Un
globo unido a otro globo
con
más helio,
que
suba y que me deje imaginar
el
mejor mundo de los posibles
-no
el de Leibniz, el que yo desee-
No
busco tu insulto,
ni
la intención de una burla, ni
siquiera
esa ternura rancia de la distancia
inconcebible.
Tampoco
una palmadita en el hombro,
ni
que me lleves a tu realidad
de
la mano,
sólo
que me dejes en paz,
sin
la mordacidad de lo sentenciado.
Cada
uno es cada quien con sus
maletas,
y es casi feliz a su manera.
-En todo caso nadie va a impedir
que lo haga, tan sólo es
una petición de buena fe
para no tener que ignorarnos-
Nená de la Torriente