sábado, 29 de diciembre de 2012


Rayaba el suelo con una rama 
con la mirada perdida, 
le hubiera dado igual 
que volase un hada azul 
o cocease un unicornio albo. 
Ella ensimismada, ausente, 
no buscaba nada más lejos 
de aquellas líneas en la arena. 
La arena le devolvía la mirada 
con la misma ausencia sosegada. 

‘No pasa nada. 
Todo da lo mismo ahora. 
Mañana mejor,  mañana. 
Dejadme tranquila 
pero no me descuidéis.’ 



Nená de la Torriente