viernes, 14 de diciembre de 2012


Te cuento 
que escribo para los que no escriben, 
para los que pasaban por aquí,
como quien callejea.

Esos que estaban cansados del trabajo 
o de no conseguir ninguno, 
y pensaron ‘voy a leer un rato’ 
tropezándose conmigo. 

Escribo para acompañar ese tiempo 
con mi tiempo,  para rozar sus manos, 
para guiñarles un ojo y tal vez 
darles un poco de algo 
que andaban buscando 
-quizá un bostezo, pero a mi lado- 

Escribo,  para borrar las marcas de la angustia, 
para imaginar que no hay fronteras, 
para poder crear castillos,  y arañar el amor 
como algo posible. 

Escribo para acercarme a los que están solos 
y decirles que vengan,  que podemos sindicarnos 
anudándonos de este modo. 



Nená de la Torriente