lunes, 10 de diciembre de 2012


Puedes llegar a mí 
¿pero cómo admitir que puedes sin esa 
mirada furtiva del otro lado de la cara 
de la luna? 
Yo voy a estar aquí 
y los ojos de la luna siempre me 
parecieron ciegos, 
no te apures,  que sé que estás sin enseñar 
tus manos,  por esa mirada censurable 
del otro lado de la luna. 
Y a mí no me importa, 
te pongas donde te pongas 
sé que estás aquí, 
no sientas turbación,  yo te veo. 
A otros les dejé de ver hace mucho tiempo, 
quizá sean los propios ojos ciegos 
del otro lado de la luna. 
No me importuna, 
les dejo en paz 
con la misma paz que a mí me han dejado



Nená de la Torriente