La
vida no es de color de rosa.
Afortunadamente.
No
es perfecta.
Afortunadamente.
No
es una sola.
Afortunadamente.
Cada
uno tiene una vida distinta
con
adornos, sin adornos,
elegida, impuesta,
como
consecuencia, sin secuela,
aburrida, trepidante,
con
giros, con desniveles,
con
grandes llanos,
con
plenitud o con verdadera
angostura.
Pero
la vida es vida, y es
todo
eso,
no
un cuadro colgado en la pared
al
que escribirle odas.
Es
un infierno a ratos y el más bello
cielo
de los posibles,
donde
una caricia o un beso
es
capaz de desmontarlo todo.
Nená de la Torriente