jueves, 20 de diciembre de 2012


Es verdad que en 
el tecleo de palabras 
-nunca rutinario- 
busco lo amable con el mismo 
ahínco que la libertad. 
Si puedo elegir,  y eso busco, 
poder hacerlo,  que en definitiva 
es ser libre 
de algún modo,  no voy a escoger 
la cara B de mí misma. 


No deseo ver la cara B de nadie. 
Si este mundo tan deslumbrante, 
con esos árboles y sus estaciones, 
sus ríos y su fluir incesante, 
sus torrentes y su rabiosa precipitación 
intermitente,  no lo gozamos ahora 
y sacamos el cuchillo de untar mantequilla 
como quien esgrime un hacha de guerra, 
tarde o temprano 
nos preguntaremos 
¿por qué hemos perdido tanto tiempo? 
Sí,  puedo elegir y quiero ser amable. 
No estorbar y que nadie pierda su momento, 
unir en lo posible y poder contemplar 
las maravillas que aún nos quedan. 
Pero siempre habrá otro 
que querrá interpretar esto 
con su porción de taza y media de rabia, 
y yo no podré evitarlo. 



Nená de la Torriente