Ojala
estuvieras aquí,
cerca
y
lejos,
-en
tus cosas-
tu
espacio, tuyo,
pero
capaz de mirar
cómo
se escapa el aliento
de
mis labios y mi pelo se mueve
con
la neblina baja de la noche
junto
a su novio
el
enamorado céfiro
-valiente
encogido-
Ojala
pudiera ver cómo se
escapa
el calor de tu boca
de
la misma manera,
y
sentirte tan vivo
y
tan cercano,
el
primer día del resto
de
nuestras vidas.
Nená de la Torriente