No
daba un céntimo
por
una palabra dicha a medias,
ni
dicha a voces
que
saliera de unos labios fríos.
Los
tuyos están helados
porque
dejaste de ser un niño
-eso
le dices a todos-
Pero
por dentro estás bailando
como
un danzarín en junio.
Aléjate
de las jaulas
tú
no eres un canario
ni
te gusta el alpiste,
ni
ha llegado tu hora.
Nená
de la Torriente