lunes, 3 de diciembre de 2012


¡Aire! Dentro de un rato largo nos vamos. 
¡No hagas las maletas, 
que siempre me pesas condenado! 
Cuando te pones sentimental 
me vences,  me destronas, 
en ese instante fugaz que me veo 
reina,  en un pasillo cualquiera 
camino hacia alguna parte. 
Qué importa que lugar, 
si siempre viaja la misma cadera 
buscando la misma soledad, 
en el ángulo de la misma pestaña, 
esa que nunca fue curva. 
¡Aire! No te acomodes tanto 
que vamos y venimos como 
las migratorias, 
o con la fuerza del instinto 
que dejó la impronta en algún par 
de letras, 
letras que formaron palabras 
que un día tal vez hablaron 
de cosas serias. 



Nená de la Torriente