sábado, 22 de diciembre de 2012


¿Qué piensas? 
Nada. 
¿Qué ha pasado? 
Nada. 
¿Por qué lloras? 
Por nada. 
Qué será esa Nada 
tan muda y tan abrumadora 
que se escapa de todo verbo. 




Que no busca comunicarse, 
pero necesita compañía, 
que no se entiende,  que se enfurece 
como la fruta se pudre por dentro. 
Esa Nada poderosa,  como explosivo 
a punto de ser detonado, 
contenido por los márgenes 
de unos labios tensos. 
Ligero terremoto 
de intensidad al ojo leve, 
pero de volcánico desconcierto. 



Nená de la Torriente