Nada
da lo mismo
aunque
arrojemos cosas a la basura.
Entre
nosotros, nuestras cosas,
todas
importan, desde un gesto,
hasta
una palabra dicha en bajito.
Sólo
la importancia cambia.
Hay
auténticos conocedores
del
peso de cada gesto o término dicho,
para
no perderse en juicios.
Otros
se dislocan el cerebro,
o
peor aún el corazón, sopesando mal
la
importancia en las medidas.
Los
hay que levantan un dique de dos
centímetros,
‘hasta
aquí me vale’
y
de ahí ya nada escuchan.
Ellos son más fríos, tapias de entendederas
a
voluntad unas veces,
otras por imposibilidad de acuerdo.
Muchos
andan medio cuerdos,
medio
idos,
haciendo cientos de cábalas con las lecturas
que
se cruzan en sus caminos,
y
otros muchos sencillamente
hacen
un suma y sigue
sin
más pretensiones.
Pero
nada da lo mismo entre nosotros,
hasta
la palabra más pequeña
dicha
en bajito.
Nená de la Torriente