Yo
quiero ser tu compañía
cuando
te sientas sin ella,
ese
cuadro en la pared, objeto quieto,
que
tu mirada busque en refugio.
Quiero
ser el paraguas que te tape del sol
de
las doce y te ayude a pensar con claridad.
Yo
quiero ser esa uña que lleves a la boca
y
de un lado a otro marees sin misericordia.
Quiero
templar tu ánimo el día después de atenuar
los
nervios con una botella de vino,
y
llevarme tu dolor de cabeza.
Yo
quiero ser una sin presencia para no molestarte,
o
una existencia para deleitarte.
Quiero
ser vena entre todas tus venas
e
irrigar tu cuerpo cada día,
un
pensamiento fugaz de vacío, un aire cencio
tan
frío que te renueve por dentro,
un
minúsculo átomo nuevo.
Ese sabor que descubras en una comida.
Yo
quiero ser lo que te falte en el bolsillo
cuando
lo vayas a buscar.
Nená de la Torriente