Coloco
la mejilla en la pared
e
imagino que hay alguien que me escucha,
puedo
imaginar también
que
mi voz se distorsiona,
que
puede parecer la voz de un oso,
porque
los osos hablan en mis sueños.
Pongo
mi mejilla en la pared
e
imagino que hay alguien ahí que me quiere,
puedo
imaginar también
que
yo le quiero,
como
quiere una mujer a un hombre,
porque
yo puedo amar de mil formas en mis sueños.
Pongo
mi mejilla en la pared
e
imagino que hay alguien que me entiende,
puedo
imaginar también que lee mis pensamientos,
que
tengo que pensar despacio para no confundirle
porque
los pensamientos se cruzan,
y
yo entrelazo los pensamientos en los sueños.
Pongo
mi mejilla en la pared
e
imagino que hay alguien que me imagina,
puedo
imaginar también
que
como yo, lo hace con los ojos cerrados,
que
atraviesa la pared
y
que se convierte en mí,
y
que los dos desaparecemos.
Nená de la Torriente