sábado, 17 de agosto de 2013

-GRATITUD-

Respiro hondo y aprendo 
de lo menudo,  de la fragilidad del instante, 
de lo breve del beso,  de lo inconstante del nosotros. 
No sé cuantas veces debo aprender esto 
para llegar exactamente al mismo punto, 
y conseguir trocarme en otra estalactita mucho 
más densa. 
Doy una voltereta y me sacudo las estrellas 
de las pupilas,  a veces se clavan en el iris 
y escuecen,  hacen que vea colores donde sólo 
había grises,  o una gama de  pigmentos distintos
que sólo se buscaban a sí mismos. 
Me peino despacio y sonrío,  los amaneceres 
siguen siendo prodigiosos,  a mi manera míos, 
a su manera suyos,  abluciones de un ahora estoy 
y sigo, 
y me tengo en lo que soy,  razonable y loca, 
apasionada,  tierna y la eterna defensora 
de las causas perdidas,  hasta que se pierden de vista 
en la línea del horizonte. 





Nená de la Torriente