Alimenta
mi fe.
Dame
algo de tregua,
sostengo
el techo con manos inválidas
y
mente a intervalos huida,
ayúdame
a vadear este río.
No
es que tenga miedo a ahogarme,
es
que me escuece la ridícula cesión por nada,
he
visto tantas que he aprendido
a
valorar la vida,
como
valoro las cosas grandes
desde
las pequeñas.
Alimenta
mi fe.
Dame
algo de tregua,
antes
de que resuelva mi partida
de
tu mano en mi mano,
de
tu huella en mi pie.
Nená de la Torriente