sábado, 3 de agosto de 2013

Qué bueno es este postre interminable 
del cariño que no tiene nacimiento, 
un sin fecha que no reclama un nombre 
ni una taza de café caliente. 
Qué bueno es ese ojo que te mira y que le miras 
y más allá de la pupila le creces y te crece 
y le abrazas con todo el amor del mundo, 
porque hay otro universo dentro de éste 
que no entiende de modales
ni de rígidas maneras. 
Qué bueno es este postre que te encuentras 
de repente,  como un regalo de Reyes 
en tus zapatos vanos, 
y no sabes a quién darle las gracias 
por tanto bueno,  por hacerte saber que la humanidad 
se está queriendo,  y no ha perdido esa capacidad. 
Qué bueno es este postre interminable 
del cariño que no tiene nacimiento. 




Nená de la Torriente