martes, 13 de agosto de 2013

-Al primero-

RECONOCIMIENTO

Yo a usted lo quiero, 
hombre,  persona desconocida. 
Extraña presencia ausente 
que está siempre conmigo, 
sin importar el modo. 
Compañero de estancias cerradas 
a los ojos de órbitas húmedas. 
Amigo sin entender el cómo 
ni desde cuando,  acaso el porqué 
fuese un día una pregunta. 




Yo a usted lo quiero, 
muchacho,  persona,  ser desconocido, 
brillante,  humilde,  complejo, 
dubitativo,  íntimo fárrago como el mío, 
pero muy distinto a este yo que me acompaña. 
Fiel a sus fieles,  tal vez alguna vez con delirio, 
amigo de sus amigos. 
Yo a usted lo quiero, 
alma,  espejo de un universo más racional 
que emotivo,  consciente de una consciencia 
sin -o con, de variable escalón- prejuicio, 
sin examinar aunque lo crea. 
Mi amigo, 
yo a usted siempre lo quiero. 




Nená de la Torriente