-Deshabitarse-
El
insólito sonido de deshabitarse
me
recuerda al runruneo del gato.
Para
algunos vaciarse es tan grato
como
olvidar una canción de Gorgie Dann,
para
otros una necesidad
de frenar la detonación.
Yo
me deshabito con un buen tinto
o
mirando tus ojos grandes,
también
con una buena hoguera
que
fascine mi cuerpo,
como a la serpiente
el
sonido de una flauta.
Me
imagino en una enorme espesura
sentada
bajo un árbol,
sintiéndome
en casa
en
el tronco más frondoso
y
silencioso del bosque.
Nená de la Torriente