miércoles, 14 de agosto de 2013

-Cuento de un jueves que se escribió un miércoles-

-la corona del rey-

La corona del rey 
se está poniendo verde 
¿qué tendrá la corona 
qué ya no tiene su dorado cegador? 
Los duendes se asustan, los ogros 
se ríen y a las millones de moscas 
les gusta el nuevo color. 




El rey enfadado busca al sol 
para que le envíe sus rayos 
y le grita diciendo: 
¡Eh, dame tu luz que yo soy el rey! 
Pero el astro le desoye y al rey le cubre 
su corona verde, 
como al monte su penacho nevado. 
Los duendes le piden que se quite la corona 
que desluce su reinado, 
pero su majestad dice que no. 
Las risas de los ogros tambalean el palacio, 
los muros se agrietan,  tiemblan las vigas, 
las reales camas, 
pero su majestad dice que no. 
A la mañana siguiente el rey duerme en su 
poltrona sin su corona, 
y sin haber hecho ademán. 
Millones de moscas,  redondas y satisfechas 
celebran una gran comilona. 
Quién iba a pensar que aquella corona 
era una gran mierda regente, 
que siglos ausente se había quedado 
como los ricos quesos o los buenos caldos. 
-En opinión de las moscas,  claro- 




Nená de la Torriente