No
se ha dormido el verde
en
mi ausencia,
¡crece
deprisa, crece!
Bajo
el musgo el olor a humedad
se
extiende y el muro habla
de
lo lejano tan cercano ahora,
en
los días de mucho calor.
La
Gabriela sigue negándose
para
que Santa Matilde se
ensanche.
Autos
con garrafas se detienen
creyendo
que se salvarán con sus aguas.
¡Tontos!
Sólo
está rica, fresa y rica,
la
condición del hombre es vulnerable.
Apenas
imagino ya vacas en los prados.
¡Ponte
ahí vacona, te necesito!
Ahora
la visión es maravillosa,
esos
ojos negros cuajados de moscas
y
esa lengua en busca de pasto;
me
acerco a ella y las moscas me sobrevuelan.
Me
veo reflejada en sus ojos como si fuera
un
espejo convexo.
He
vuelto a casa y no he salido de mi cuarto.
La
condición del hombre busca asilo
en
cualquier imagen de la memoria.
Nená de la Torriente