domingo, 4 de agosto de 2013




El sonido de la guitarra 
en esta noche limpia, 
calma mis tempestades. 
El elfo juega a la pelota 
con un grano de polen, 
y la polilla le enreda 
y reclama su puesto de mariposa. 
Caen las estrellas,  una a una, 
como botones que se descosen, 
tan despacio 
que puedo seguirlas con el dedo, 
parecen gotas de lluvia tras los cristales. 
¡Déjame quedarme contigo! 
se repite en mi cabeza, 
sabiendo que nunca me he ido 
ni me iré jamás. 



Nená de la Torriente