Mira
mis manos,
en
ellas está ese imposible
en
el que no crees.
El
amor diario, el profano, el salvaje,
el
que canta blues y jazz descalza
y
una nana con tacones de aguja.
Unos
labios te hablarán sin hablar
de
lo que tú quieras,
que
no será nunca lo que estás pensando.
Mira
mis ojos, será lo que encuentres en noches
oscuras, a tu lado siempre,
discutas
o no discutas, seas o no diferente.
Porque
nadie quiere un mueble a su lado
ni
un clon que colme su espacio con los mismos
colores,
pero
si un yo que defienda lo suyo y que espere
refugio
en estos ojos verdes con el canto del gallo,
porque
ellos se verán en ti como un yo diferente.
Nená de la Torriente