martes, 20 de agosto de 2013


Dibujarte sobre la arcilla 
con el dedo, 
con la justa presión para no 
deformarte. 
Dibujar tu rostro primero, 
tu cuerpobanderaondeante,  
y tus manos,  con esos dedos largos 
y lentos como quien atrapa vientos 
con una piel cosida con aire. 




Cocerte despacio,  aún con impaciencia 
saber esperarte,  el tiempo preciso 
que necesites para pensarte, 
desde el propósito a la realidad. 




Nená de la Torriente