lunes, 19 de agosto de 2013

-La carta en la bolsa de plástico-

Cuándo me está permitido decir 
he tenido bastante, 
no puedo más dejadme marchar. 

Cuándo podré dejar de pensar en la herida 
del que está a mi lado y sólo cerrar los ojos, 
cuándo un suficiente y una firma a pie 
de página. 

Cuándo me dejarán irme sin un gran grito 
en el cielo,  la rasgadura de ropas, 
y la incomprensión más rotunda. 
Cuánto más tendré que seguir callada, 
sonriendo,  amando viva, 
aún sabiendo que de seguir,  seguiré amando muerta. 

Nadie va a entenderlo. 

La perturbada dirán,  la enferma los más clementes, 
pero lo cierto es que no tengo ciega la razón 
sino fría,  y es por el puro cansancio 
de tanto rodar haciendo círculos sin avanzar, 
porque aunque cambien los decorados y los rostros, 
la vida ha dejado de sorprenderme. 

M.


Nená de la Torriente