domingo, 29 de julio de 2012


Qué poco comprende el castaño 
al manzano,  que en su proximidad 
no adivina lo que necesita. 
Ni el caracol al lumiaco, 
que aún dibujando paisajes sobre la piedra 
no conocen las mismas rutas. 
Qué sé yo de ti, qué adivino, 
nada debería suponer ni pensar en ello, 
cada cual a su manera asume su camino, 
y su destreza. 
Si se cruzan las líneas, 
se ofrece lo mejor de uno, 
aunque nunca sepas 
lo que necesitan. 




Nená de la Torriente

2 comentarios:

  1. Disiento, Není.
    La naturaleza se comprende íntegramente. Te lo digo yo que sé su idioma. He de llegar a sus dialectos.

    Besucos, lumiacuca.

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  2. Pues a ti tengo que creerte, sé que eres un entendido 'hombre de la tierra'. Tendré que rectificar.
    Besucos,

    Není

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