Este
andancio te ha llevado
a
la tristeza de los hombres,
contagiosa
y pertinaz,
insufrible
y desalentadora.
Súbete
al carro, entre la hierba verde,
estos
bueyes son fuertes
nos sacarán del camino.
Deja
de escuchar.
Muchas
palabras se inventaron
para
ser desatendidas,
pero
escrutamos cada una de ellas
como
colegiales pasando la lección.
¿No
era divertido mirar el campo
mientras
don Antonio explicaba
el
origen del mundo?
El
origen del mundo
estaba
allí mismo, en el brotar
del
grano, en el vals de las mariposas
juguetonas, en cada parpadeo de agua
y
de sol.
Súbete
al carro, vente,
no
dejes que te envuelvan los quebrantos.
Nená de la Torriente
Uffff... ¡quería comentarte ésta y lo he puesto en la de abajo!!!. ¡Qué metedura de pata!!!!.
ResponderEliminarLa otra también es preciosa, que conste...
Me alegra tanto que me comentes, que puedes equivocarte tooooodas las veces que quieras.
ResponderEliminarBesucos,
Nená