viernes, 6 de julio de 2012


-De la insensibilidad-

Ya no somos dos,  ni tres, 
ni doscientos los desalentados. 
No por esta situación social  ni política, 
por esta situación vital, 
por este momento humano 
de abstrusa insensibilidad. 
Otras épocas pudieron ser exactas, 
pero aferrados a aquellos brandales 
subíamos a los barcos con otro gesto, 
la vida no enseñaba muecas de un 
desamparo tan desmedido, 
o quizá son nuestros dientes 
que empiezan ya a moverse 
o a removerse en la encía. 
Todo se reduce –me dicen- 
a un escueto ‘es lo que hay’
y eso nunca me ha valido. 
Lo que hay es lo que uno acepta 
y yo no firmo cheques en blanco, 
ni acepto pacíficamente camisas de fuerza. 
Así que seguiré la cruzada  
de dos, tres o doscientos, 
al aire que toque,  que me asusta más 
la absoluta insensibilidad que otras cosas, 
porque hay batallas para todos, 
y todos queremos, 
consciente o inconscientemente, 
‘salvar’ al mundo de algo. 



Nená de la Torriente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Háblame