sábado, 21 de julio de 2012



Eres ese temblor en las manos 
que deseo sujetar entre las mías. 
Soy ese beso que no existe, 
pero que una boca busca 
enloquecidamente. 






Llevas en el pecho una duda 
que no tiene tiempo 
para resolverse,  y 
yo una mochila llena 
de respuestas huecas, 
sin intención de preguntas. 

Tienes en la mirada esa sed 
de aguardiente que no quema, 
y yo la ceguera más fugitiva, 
porque sé como queman 
los ojos que miran. 
Somos perpendiculares. 
siempre en cruce,  retroceder 
para volver a entrelazarse. 
El eterno vaivén del nosotros. 





Nená de la Torriente

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