-Alfarera-
El
hermoso suspiro detrás
del
suspiro,
el
que sostiene el beso
pensado.
Allí
me habitas absolutamente
desnudo, y me susurras:
‘haz conmigo lo que quieras’.
Como
alfarera tuya
no
hay pedazo de barro
que
deseche, ni barbotina,
ni
tiempo en ti.
Despacio, sin rechazo alguno
la
presión justa admites,
con
todo el mimo
del
algodón de azúcar.
Hasta
en fiereza ofreces fiereza,
raza
pura,
como
ese hermoso suspiro
detrás
del suspiro,
incomparable.
Nená de la Torriente
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