sábado, 28 de julio de 2012


Puedo dimitir en cualquier momento. 
Así de fácil: Dimito. 
Donde estuve no podrá recordarme nadie, 
ni siquiera tú. 
Uno se volatiliza cuando quiere, 
porque suya es la posibilidad
de cambiar de aires, 
de tomar otro rumbo, 
de borrar teléfonos o tirar móviles. 
El camino es relativamente largo 
pero no necesariamente recto, 
de hecho las rectas son aburridas. 
Me gustan los giros,  los contra giros, 
las infinitas curvas,  los puentes,  los ríos, 
las montañas,  los túneles,  y todo lo que indique 
contra tiempo. 
¿Por qué vivir una vida lineal? 
Ya le hemos otorgado a la línea muchos años. 

¡Volteemos el mundo! 








Nená de la Torriente

4 comentarios:

  1. La línea recta no lleva a ninguna parte porque permite volver por el mismo sitio al lugar de donde partimos, sin aventurarnos en nada nuevo, sin crear nada...
    Me uno al grito "volteemos el mundo". Hagámoslo realidad.
    Bss

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  2. Eso es. Volteemos, sin perder la sonrisa, como el que sigue una receta de cocina, mientras degusta una copa de pie largo con buen tinto.
    Un besazo, preciosa.


    Nená

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  3. Me gusta la bici(churri)cleta que has puesto como selluco en la postal.

    Una 'e' más: volteeeemos.

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  4. Es más churri que bici, pero queda agradecida. Y tú quedas apuntado a la lista oficial de los volteadores.

    Není

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