miércoles, 4 de julio de 2012

-Calle sin nombre-


Sin nombre, 
como un cuerpo sin sombra, 
la calle se apaga en la memoria. 
Ese adiós no debió 
producirse nunca, 
pero la habilidad no está 
ligada al pulso, 
y se salda con un dolor 
innecesario. 
Como inválida es la suerte 
de volver a verte, 
y entender lo extraño de las cosas. 
Los momentos fugados 
cambian el gusto de los platos, 
el color de los ojos, 
hasta el tacto,  y 
¿quién nos devuelve el tiempo? 
Nadie, 
como tampoco regresa el recuerdo
de aquella calle, ni de cómo se llamaba. 



Nená de la Torriente

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