Ya
sé que no lo entiendes,
lees
el verso y gravitas
como
si hubiera escrito
una
blasfemia.
Ya
sé que tú tampoco,
buscas
el modo de atraerlo a ti
haciéndolo
cojín de tu chaise longue,
y
piensas, ‘tonalidades semejantes’.
No
me importa,
soy
egoísta y escribo
para
lo que hay debajo de mi piel,
casi
a oscuras,
para
la segunda voz
que
sale de mi boca,
tal
vez para la tercera
que
no asoma,
y
me conformo con
recostarme entre ellos sabiendo
con
qué intención los escribo.
Nená de la Torriente