Morir
no es un acto de valentía.
El
que se quita la vida sólo
pierde
el juicio y el mañana.
Dicen
que quitarse la luz es ser
muy
valiente,
pero
es sólo estar desesperado
y
no enfrentarse a lo que tanto te desespera.
Morir
nunca es un acto de valentía,
es
buscar una ventana porque
las
puertas están ocupadas y uno anda con
prisas.
La
vida es nuestro único vestido,
nuestro
pulso, ni se regala ni se pierde,
es
lo que nos pertenece y lo que nos hace ser;
es
capaz de girar en un segundo,
porque
hay mil esquinas por doblar
y
suceden, siempre suceden
aunque
parezca mentira.
Morir
nunca será un acto de valentía,
pero vivir sí que lo es.
Nená
de la Torriente