No. No quiero –obadas
(quito
la –b para que no te ofendas),
tampoco proyectos surrealistas.
Quiero
pan y vino, mantequilla
y
mermelada,
aldea
y palabras censurables
que
descensurar con una mirada,
quiero humanidad en vena.
Nada
más.
Menos
nada.
Y
mucho amor
como
el caño de una fuente inagotable.
Agua, mucho agua,
el
verso libre de falsas piedades,
de
riscos, de patrañas.
Te
quiero a ti,
sin
celofán, sin segundero,
sin
artificio, sin cuenta atrás,
poeta
escribiendo versos,
deprisa, despacio, sin velocidad.
Nená de la Torriente