No
es un secreto…
En
esta última etapa
a
veces sólo floto,
y
no son cosas tuyas.
Abrir
la boca sin oleaje
no
es una visión descabellada.
La
vida cansa y tú lo sabes,
aunque
te vayas quitando antiguos embalajes,
pero
te cansas de ser tú, siempre tú
y
a solas.
Antes
era difícil entender porqué
resultaba
tan extraña,
pero
eso dejó de importarme
cuando
dejó de importarme
que
me entendieran.
Se
llega a un consenso sencillo,
una
ceguera pactada, ver la maravilla
y
no el cristal de punta, el clavito
sin
cuadro, el arrastre de ruedas.
Y
ves la maravilla
¡Oh
sí que ves la maravilla!
¡En
todas partes hay cucharones de cielo,
deliciosas
porciones de tarta,
verdaderos
encuentros!
Y
deseas compartirlos.
A
veces lo consigues y otras no sabes
cómo
hacerlo.
Vivir
tiene raciones de sobra para
ser
inmensamente feliz,
pero algunos hemos comido
demasiada
tarta
y
la vida nos cansa, y tú lo sabes,
aunque
nos vayamos desprendiendo
de
pesados menhires,
y
aunque seamos conscientes de
que queda mucho por descubrir.
Nená de la Torriente