Dicen
que el perro no siente,
y
lo dice el que le da una patada
por
recreo, y dos, y más aún goza.
Dicen
que el perro no piensa,
y
lo dice el que coge el coche
bebido, y pasa de un balcón a otro
para
entretenerse.
Dicen
que el perro no extraña,
y
lo dice el que mata a su mujer
y
después se suicida
-nunca
invierte el recorrido-,
o
el que ahoga a sus hijos
porque
le estorban.
Yo
digo que el perro es un corazón
con
cuatro patas, que te sigue fiel
a donde
vayas,
que
es más listo y diligente
que
la inmensa mayoría,
y
que sólo ataca si es necesario,
nunca por celos o por dicha
-a
no ser que sea una raza
de
condición agresiva-
Animales
ambos, perros y humanos.
Sólo
espero que no suceda, y
que
jamás me den a elegir.
Nená de la Torriente