Hoy
es el día ‘de’.
Otro
día más para importunar
con
versos o regalar garatusas,
zalemas
que doblen tu espalda
y
hagan sonreír a otro.
Qué
queda en el pedregal de
palabras
que hay en tu boca,
esa
de labios rotos.
Yo
lamería su herida,
pero
no me dejas, porque
no
entiendes mi voluntad.
Confías
en catapultarlas
en un río y que construyan un puente,
organizado
y pulcro.
No
miramos con los mismos ojos.
Tú
fabricas,
yo
juego.
Tú
trabajas,
yo
amo el reino de las cosas.
Las
que están no me interesan
porque
perecen,
sólo
muestro inclinación
por
las que son,
y
las palabras, amor,
aún
las escritas,
se
las lleva el tiempo.
Nená de la Torriente