Soy una mujer creyente.
Creo en el ser
humano a pesar de ser
tan defectuoso, maleable, egoísta,
caprichoso, impredecible.
Creo en la
capacidad de sacrificio
y en la de
resistencia,
ambas, válidos
principios
para aprender a
amar
cuando no se tiene
otra suerte
de herramientas.
Creo en que no
debo creer en la suerte
ni en el destino, o estaré perdida
irremediablemente,
porque creo en mi
libertad
por encima de
todas las cosas.
Creo en los ciclos
y en que las penas pasan
y que no gozar de las
alegrías es de imbéciles.
Creo que vivir es
un instante,
y que no se debe
mentir a los instantes,
porque no puedes
pedirles excusas después,
volver no vuelven.
Creo que
acomodarse es construirse un nicho
y dejar de luchar
es ser un cobarde,
como gallina es el
que niega lo que siente
o dice que no sabe
que no entiende.
Creo que muy pocos
se dejan seducir por sus ideas,
que las toman
prestadas,
que se suman a
banderas ya en uso
-o en desuso-,
que las personas
no se escuchan a sí mismas
porque tienen
miedo a no ser aceptadas.
Creo que hay que
perder el miedo al ostracismo,
porque tampoco se
vive tan mal a cierta distancia.
Nená de la Torriente