Volátil.
Ligero
es el amor que no lucha
que
no aprende a hacer el ridículo,
que
no sabe ponerse zapatones de payaso.
La
tutela de pasiones es quebradiza
porque
el fuego se sofoca
y
queda en delicada brasa,
que
en nada se extravía.
Se
lucha, se batalla siempre,
o
el amor se convierte en una palabra bella,
una
intención,
una
petición de principio,
un
pequeño verso dentro de un poema.
Sí,
hay
que saber pelear para pronunciar
un
te amo,
por
eso se reserva tanto
y
se acude a los te quiero, que son
afectos
que la común naturaleza nos otorga.
Nená de la Torriente