No
vengas.
Ven.
Roza
mi piel tímida.
Una
vez tuve un sueño,
te
vi apoyado en una esquina
cuando
partía.
Pero
sólo fue un sueño,
no
podías estar allí
agazapado
entre la multitud.
Esa
tarde sonreí
porque ya podía verte
en todas partes,
como así ha sido.
como así ha sido.
Porque
sabía que
te echaría de menos
toda
mi vida
como
mínimo.
Nená de la Torriente