viernes, 18 de enero de 2013

-Ahogada-


Nada te nombra aquí abajo 
donde sonríen las medusas 
el holocausto de los seres bellos, 
nadie dijo que fueran buenos. 
He rozado a una morena y 
¡habla en swahili!, 
sí que es pequeño el planeta, 
nos conocemos todos. 
La oscuridad no me asusta, 
pero prefiero buscar la lámpara 
de una luna que revela
el camino hacia una cueva, 
e imaginarte allá arriba, 
peleándote con las gatas. 
Los bancos de obedientes 
se entremezclan conmigo 
y es como si me vistieran 
con miles de cariños de plata. 
A ratos juego a caerme 
muy hondo,  como dormida, 
pero algo tira de mi pelo y me levanta 
¡y doy vueltas y más vueltas! 
Es casi lo mismo que estar arriba, 
aquí hay miles de ojos 
que te observan de noche y de día, 
pero no te pesa la vida 
porque ignoras que ya te has ido. 



Nená de la Torriente