-Almas-
Poseo
un secreto
que
aunque lo cuente
no
tiene umbral,
ni
forma de ser vulnerado.
A
veces mi juicio se va,
a
veces el lugar que ocupa
el
músculo, en el mismo centro
a
la izquierda, agoniza;
entonces
mi esencia me permanece
hasta
cuando creo que todo
se
ha acabado.
Puedo hablar con otra
alma
–una, quizá media de otra
aunque lo último lo dudo-
como
si hubieran nacido
para
entenderse.
Porque
el espíritu sí me sobrevuela,
y
me empuja,
y
me grita y me levanta,
y
me punza en el costado cuando
no tengo
corazón,
y
cuando me falla el juicio
me
habla por otra boca
para
que entienda
lo
que yo sola no entiendo
de
mí.
Mi alma va de la mano
de otra diferente,
leal amiga,
para
que no me pierda.
Nená de la Torriente