‘Lo bueno que tiene la libertad es que
permite
decir lo malo que es no disfrutar de ella.’
Anónimo
Anónimo
y
tú en medio de la calle,
sonrojadas
tus mejillas,
pálidas
tus manos,
dejando
que te cubran telas,
delicadas
telas, sinuosas.
Finos
paños extendidos
como
plumas en su pausada caída.
Madre
corre hacia ti,
‘¡hija
si del cielo bajan telas,
podrán
caer también piedras!’
Tú
no la escuchas.
Sólo
sientes y giras,
y
bailas, y fantaseas.
Pero
madre tenía razón, y tras
la
levedad de esa lluvia
comenzaron
a caer sillas.
Tú
te quedaste clavada en el suelo
con
una de sus patas,
pero
jamás vimos ninguna,
una
sonrisa
más
complacida y bella.
Nená de la Torriente