Mastica
la mordaza
que
tienes dientes, como masticas
los
trozos de pan
que
imaginas en la boca.
Las
hogazas que fueron de harina y agua
se
las han comido otras bocas,
a
las que le sobraba comida en la mesa.
Que
no te confundan,
no
somos una sociedad modesta,
ni
estúpida,
ni
ignorante,
ni
resignada,
sí
vapuleada y robada, burlada
por
toda clase de gobernantes,
generando
un ‘si ese lo hace, yo lo hago’,
que
no acaba nunca;
porque
no existe un códice de lo honesto
que
siga más de un grupo pequeño.
Hay
tantas vanguardias en combate
abriendo
flancos, tanta desfachatez
en
tanto trono chico y prominente,
que
cerrar el quiosco de la verdura pocha
no
sale a cuenta,
y
educar para la honradez nos llevará muchos,
pero
que muchos años.
Nená de la Torriente