Me
maravillo de todo
lo
que alcanza tu boca,
como
una jirafa alcanza siempre
los
primeros frotes.
Cómo
la luna te persigue a ti,
dejando
un rastro de vagas nubes
como
una fugaz en pleno viaje.
Por
qué te eligen a ti los pájaros,
los
gatos, los amaneceres,
en
la orilla de un voz que
no
protesta.
Será
que saben que por dentro llevas
al
eterno combatiente,
y
sabrás protegerlos a todos.
Nená de la Torriente