domingo, 13 de enero de 2013

-Cuento de medianoche-


Duda la duda 
si fue antes ella que la certeza
y con una mueca la melancolía 
la destrona 
confiando que su aflicción 
tiene más mérito. 
Llega la soberbia inflamada, 
ardiendo en una crecida llama 
y aparta a la melancolía 
sin miramientos, 
que dolerse lo hacen hasta 
las bestias; 



no duda en mover con disimulo 
a ésta última,  la inteligencia
aprovechando uno de sus 
numerosos aspavientos. 
Tarda en llegar,  a paso lento, 
una harapienta y desconocida, 
que no quiere nada y todo lo ofrece, 
que nadie la entiende y todos rechazan, 
pero que sin quererlo y con el tiempo 
le ceden el trono con pleitesía, 
y no es otra que la ambulante bondad



Nená de la Torriente