jueves, 3 de enero de 2013


-Mal. Ad. Ministr. Ación-


Voy de ventanilla en ventanilla 
recogiendo impresos 
que tendré que rellenar, 
para pedir número y 
entregar en otra ventanilla estrecha, 
donde apenas veré los ojos 
al hombre que tomará mis papeles 
y sellará mi petición. 

La amontonará sabe Dios en qué rincón 
de un diminuto cubículo, 
construido para un liliputiense. 
Hubiera sido mejor una caja de cartón 
y un papel de cuadrícula. 
En la caja pintado en rotulador: 
Buzón de solicitudes, demandas,
ruegos y reclamaciones.
Los aspirantes,  andando 
en interminables filas, 
de ventana en ventana, 
esperando turnos, 
no nos sentiríamos tan ridículos, 
tan filtrados,  administrados,  mareados, 
no como esas hojas 
de papel que en definitiva son las que deben 
ser tuteladas,  y suelen traspapelarse, 
retrasarse en su envío 
y mucho más en su dictamen. 



Nená de la Torriente