-Mal. Ad.
Ministr. Ación-
recogiendo
impresos
que
tendré que rellenar,
para
pedir número y
entregar
en otra ventanilla estrecha,
donde
apenas veré los ojos
al
hombre que tomará mis papeles
y
sellará mi petición.
La amontonará sabe Dios en qué rincón
de
un diminuto cubículo,
construido
para un liliputiense.
Hubiera
sido mejor una caja de cartón
y
un papel de cuadrícula.
En
la caja pintado en rotulador:
Buzón
de solicitudes, demandas,
ruegos
y reclamaciones.
Los
aspirantes, andando
en
interminables filas,
de
ventana en ventana,
esperando
turnos,
no
nos sentiríamos tan ridículos,
tan
filtrados, administrados, mareados,
no
como esas hojas
de
papel que en definitiva son las que deben
ser
tuteladas, y suelen traspapelarse,
retrasarse
en su envío
y
mucho más en su dictamen.
Nená de la Torriente